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Bárbara. extensiones: ser nombrado

colaboracion en el proyecto Barbara, humana con cola  de la artista Carla Fernández en Teatro Pradillo. Madrid

El proyecto Bárbara, humana con cola nace como danza para la escena en el año 2010 en País Vasco. Esta pieza es la primera entrega de una trilogía de ciencia ficción sobre una posible evolución humana. En la actualidad se extiende a través de varios despliegues y formatos: Frente al espejo (documental del proceso de creación), Cuadernos Bárbaros (libro documento en colaboración con Verónica G. Ardura), GU-Nosotros los Héroes (segunda entrega de ciencia ficción con Daniel Franco) y Hacia el lenguaje de la mirada (laboratorio de creación).

Bárbara es un nombre y un adjetivo que nombra a los que usan un lenguaje incomprensible. Bárbara es la pieza escénica en la que he estado trabajando durante estos tres últimos años junto a todas sus extensiones. Bárbara es un universo enorme, que no voy a tener vida suficiente para explorar, porque se desdobla y multiplica como una plaga tomando formas y registros diferentes. Nace de un deseo de búsqueda de un nuevo lenguaje, un nuevo cuerpo que crea un nuevo ser. Y voy encontrando una criatura, y ella me va dando las pistas, dónde ubicarla y cómo contarla y me dice que no existe, es decir que es ficción, que pertenece a mi utopía, que se instala en un lugar muy primitivo pero viene del futuro. Y yo siento que todo el rato Ella ya existía en otro tiempo y solamente voy rememorándola para volverla a poner en pie en este.

Del pensamiento a la carne, ahí comienza la aventura. Mi motor físico se apuntala en el registro de lo que sucede y el trabajo se revela como una acción sobre la mirada y la existencia como sitio de impacto, transformación y encuentro de seres.

La invitación a Madrid será la oportunidad para trabajar en colaboración con dos artistas de la ciudad: en el sonido Óscar G. Villegas y en la luz Antón Ferreiro. Esta invitación dirige el trabajo hacia la experimentación con el objetivo de ensancharnos, compartirnos desde la esencia, renombrarnos y expandirnos.

También será la oportunidad de crear un espacio de reunión para sus extensiones: textos, vídeos, ideas desplegadas o proyecciones futuras, en colaboración con Verónica G. Ardura y Daniel Franco.

Este proyecto no es un ente inmóvil, se está modificando a cada rato, moviéndose y madurando, se resiste a ser efímero y perecedero y se extiende en el tiempo adquiriendo otros cuerpos como forma de preservar una fuerza que aún puja por salir.

 

Carla Fernández 

«Me están dictando cosas.
pero no desde otro mundo u otros seres,
sino, más humildemente, desde adentro.
Pero, ¿quien está adentro,
además de estar yo? ¿O tal vez no estoy yo
y he dejado mi lugar
para que otro me dicte?
Si esto es así, no importa que el dictado
no lo comprenda nadie,
no importa ni siquiera
que lo comprenda yo.
Ser no es comprender.»

Roberto Juarroz

EXTENSIONES: SER NOMBRADO

 

Experiencia ofrecida por Verónica G. Ardura, Daniel Franco y Carla Fernández

 
 

El fluido entre lo visible y lo invisible forma parte de una misma cosa.

 

Delinear un espacio para entrar en el pensamiento creador, la lógica poética de la que habla Tarkovsky, no pensando de forma creativa, sino dejando que el pensamiento descubra, aparezca en lo velado… Cuando el arte atraviesa y camina entre espacios como si se tratara de algo que ya estuviera y solo debemos recuperarlo, renombrarlo. La intención no es ofrecer una muestra de los procesos que arrancan o las ideas incipientes, no es un trabajo de exposición de una experiencia de creación. La experiencia que se inicia tiene una vida en sí y lo que hacemos al entrar en el espacio es darle vida, entre todos, y este es el lazo, el encuentro en el espacio entre lo visible y lo invisible.

 

Sería como afirmar que el proceso de creación de la pieza tiene lugar ahí, en ese momento en el cual quien entra acoge la huella…

 

De modo que creyendo llegar a los resultados de un proceso o su dispersión, resulte admirablemente fuente él mismo por estar en el lugar compartido, en el contagio.

 

Que la vida lo es, contagio, toque, dispersión, no concentración en un centro sino un centro que no cesa de moverse, un centro que ahonda en espacios que no existían antes de ese llegar y partir; algo que se hace vivo por la llamada, por un nombrar

 

pero ¿qué clase de nombrar?

 

En definitiva, quizás hemos entrado de lleno en el tiempo de la utopía construida, donde todo espacio es ante todo, relación y comportamiento.

Carla Fernández 

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