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  último en hablar  



 

· El modo en que las vanguardias firmaban sus manifiestos.
En el reverso de notificaciones que llegaban de cuentas bancarias.
Aún había notificaciones, había vanguardias.

· No harás un gesto que no sepas hacer,
que no tengas la capacidad o la autoridad para hacerlo.

Según: Yves Klein sería entonces un fanfarrón, sin embargo, Michael Asher se
habría cuidado de pasar algo inadvertido.

· Como Paul Celan, que nos daba a percibir el estrechamiento, el retraimiento
del sitio en que nos encontramos, por y en el mismo hecho de estar leyendo —la
mirada, el cuerpo— hasta hacerse un hilo —del diantre, añadirá César Vallejo.
P e r o n o q u i e r a s
s e p a r a r e l N o d e l S í,
nos piden, se lo piden a Schrödinger y otros físicos,
por caridad.

· Convocaría igualmente al resto de artistas participantes, renunciasen a
exponer en ENTROPÍA en el CMAE de Avilés, mas estando ya las obras instaladas.
El público había firmado su renuncia hace tiempo, las instituciones también:
Quedaban ellos nada más.

· ¿En qué se diferencia un gesto, de una obra;
un gesto, meramente, de una acción;
la decisión inicial —aceptación/renuncia—, frente al aparato conceptual;
el pensamiento, frente a la impronta; en qué se diferencian?
Si la entropía se parece demasiado a la indiferencia

· Cesión de espacios.
Gracias.
La visibilidad no da de comer.
Luego cesan los espacios.

 

La visibilidad no da de comer

Daniel Franco(Gijón, 1976) no propone una acción o performance ni tan siquiera una obra física. Formulado exclusivamente como un gesto, su nuevo trabajo se centra en una temática principal en su trayectoria, la que se refiere a la voluntad de hacer o no hacer. De este modo, lo que presenta es en realidad la renuncia a exponer como consecuencia lógica debida a las dificultades que han surgido para producir su trabajo.

El autor medita acerca de cómo los artistas contribuyen con su labor a rellenar los espacios expositivos del circuito local, generalmente vacíos de programación y que son la única plataforma cedida en un contexto no sólo más desprovisto que nunca de conexiones con el raquítico comercio artístico sino también de los más elementales medios para que el autor elabore la obra que finalmente es expuesta. En su opinión, de nada sirve la cesión del local expositivo si se carece de todo lo demás. Todo ello le lleva a poner el acento en las improntas que el contenido artístico deja en el propio espacio en forma de vibraciones. Esas huellas de pensamiento constituyen un material artístico trascendental en la obra de Franco, quien  apunta que habrá un momento en que tampoco haya recursos para pensar.

La visibilidad del trabajo no cumple realmente su cometido. No se llega a una plenitud, que es lo esperado tras semejante esfuerzo creativo y expositivo.

Por tanto, argumenta un inquietante y sugerente juego de ausencias, generándose una notable pérdida de energía, acompañada de la idea de desorden temporal. La obra está sitiada y el artista está acorralado por un sistema que ya no funciona.

Juan Carlos Aparicio Vega

​​​​​​​​​​​

renuncia.

técnica: tinta sobre papel mecanografiada, papel carbón.

en Entropía

15 julio al 19 agosto, 2016

Comisario: Jaime Rguez
Coordinación: María Castellanos & César Naves

Textos: J. Carlos Aparicio Vega & Jaime Rguez

CMAE - Avilés

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